En el dinámico y a menudo efímero mundo del diseño, las tendencias juegan un papel fundamental en la configuración de espacios y objetos.
En el dinámico y a menudo efímero mundo del diseño, las tendencias juegan un papel fundamental en la configuración de espacios y objetos. Sin embargo, como diseñadores y creadores de ambientes, es crucial abordar estas tendencias con una perspectiva crítica y cuidadosa, asegurándonos de que nuestras elecciones no solo estén alineadas con lo último en moda, sino que también reflejan un entendimiento profundo del espacio, del cliente y de la funcionalidad.
Las tendencias no surgen al azar; son el resultado de predicciones y estudios realizados por equipos colegiados en todo el mundo. Instituciones y expertos, como Pantone y WGSN, se reúnen con años de antelación para definir qué materiales, colores y estilos dominarán en el futuro cercano. Estas decisiones están influenciadas por una variedad de factores, incluidos el entorno político y social. Un ejemplo claro de esto fue el lanzamiento de los colores del año 2021 por Pantone, en pleno apogeo de la pandemia: un gris fuerte y un amarillo intenso, simbolizando solidez y esperanza en tiempos de incertidumbre.
Una vez definidas, las tendencias se presentan en ferias internacionales como el Salón del Mobile en Milán, Maison & Objet en París, y High Point Market en Estados Unidos, donde se anticipan las propuestas que dominarán los próximos años. Aunque anteriormente las tendencias se difundían a través de revistas y ferias, hoy en día, las redes sociales y el acceso instantáneo a la información permiten que cualquier persona pueda conocer de inmediato lo que está en boga, facilitando la adopción rápida de nuevas ideas en el diseño.
El diseño, al igual que la moda, es cíclico. Lo que fue tendencia en una década puede regresar con fuerza años después. Por ejemplo, en los años 90 predominaban los grises y pasteles, seguidos por los tonos cálidos y mármoles hueso en el 2000, y un regreso al blanco y gris en el 2010. Hoy en día, estamos viendo una vuelta a los tonos cálidos como los cremas y marrones, lo que demuestra que las tendencias van y vienen, y que es esencial reconocer en qué ciclo nos encontramos al tomar decisiones de diseño.
Adoptar una tendencia sin consideración puede llevar a varios riesgos. Primero, está la pérdida de identidad y personalidad en los espacios. Algunos edificios o interiores tienen un carácter icónico que debe ser respetado. Imponer una tendencia moderna sin considerar el contexto puede desvirtuar su esencia.
Otro aspecto crucial es considerar la geografía y la funcionalidad del espacio. No todas las tendencias son adecuadas para todas las ubicaciones. Por ejemplo, un sofá de terciopelo, aunque esté de moda, no es ideal para una casa en la playa, donde el calor y la humedad pueden hacer que el espacio se sienta incómodo. Es fundamental adaptar las tendencias a las necesidades específicas del entorno y de quienes lo habitan.
Otro riesgo es el alto costo de mantenerse a la vanguardia. Las tendencias cambian rápidamente, y quienes buscan estar siempre al día pueden encontrarse invirtiendo grandes sumas en renovaciones constantes. Una estrategia más sostenible es invertir en piezas atemporales de alta calidad y utilizar elementos de tendencia sólo como acentos que puedan ser fácilmente actualizados.
La teoría del 80/20
Una estrategia efectiva para incorporar tendencias sin saturar un espacio es la teoría del 80/20. Consiste en mantener el 80% de los elementos de diseño en tonos neutros y atemporales, mientras que el 20% restante se destina a acentos de color o piezas de mobiliario que reflejen las tendencias actuales.
Este enfoque permite actualizar el espacio de manera sencilla y económica cada pocos años, sin necesidad de hacer una renovación completa. Por ejemplo, se puede invertir en un mueble de acento o en cojines de colores de moda, sabiendo que estos elementos pueden ser reemplazados fácilmente cuando la tendencia cambie.
En un mundo donde la sustentabilidad es cada vez más crucial, es importante considerar el impacto ambiental de nuestras decisiones de diseño. Al renovar un espacio, debemos pensar en cómo reutilizar, donar o reciclar materiales y muebles. No podemos simplemente desechar lo que ya no nos sirve; debemos planificar de manera que minimicemos el desperdicio y busquemos opciones más ecológicas.
En última instancia, el diseño debe ser un reflejo de la identidad del espacio y de quienes lo habitan. Aunque las tendencias pueden proporcionar inspiración, no deben ser seguidas ciegamente. Un enfoque equilibrado y consciente no solo creará ambientes estéticamente agradables, sino también espacios que resistan el paso del tiempo y que sean coherentes con los valores y necesidades de sus ocupantes. Cada decisión de diseño debe ser tomada con reflexión, priorizando la armonía y la funcionalidad sobre la moda pasajera.
*Texto basado en la ponencia, Ten cuidado con las tendencias de Amparo Taylor en el marco de la Expo Mueble Internacional Verano 2024.
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