En un mundo donde la innovación se mueve a pasos agigantados, las tendencias emergentes en el diseño no solo reflejan cambios estéticos, sino que también responden a necesidades sociales, tecnológicas y ambientales.
En un mundo donde la innovación se mueve a pasos agigantados, las tendencias emergentes en el diseño no solo reflejan cambios estéticos, sino que también responden a necesidades sociales, tecnológicas y ambientales. A medida que avanzamos hacia un futuro más consciente y conectado, es crucial entender cómo estas tendencias influyen en la industria del diseño. Entre las más destacadas se encuentran la Eficiencia Optimizada, Nuevos Caminos, Capacidad de Adaptación y el Atractivo Sensorial.
La tendencia de la eficiencia optimizada se enfoca en aprovechar al máximo los recursos disponibles mediante la innovación y la tecnología. La Inteligencia Artificial (IA) juega un papel crucial en esta transformación, mejorando la productividad, acelerando el desarrollo de productos y fomentando prácticas sostenibles en diversas industrias. Un ejemplo de esta tendencia es la creación de productos como las lámparas solares, que no solo cumplen su función básica de iluminar, sino que también permiten la carga de dispositivos electrónicos sin generar microplásticos. Además, el desarrollo de purificadores de aire más estéticos y eficientes refleja cómo la innovación puede satisfacer tanto las necesidades funcionales como las preferencias estéticas de los consumidores.
En la industria de la decoración y el diseño, la IA se utiliza para personalizar experiencias de compra, como lo demuestra Walmart con su asistente virtual. Esta herramienta permite a los usuarios visualizar combinaciones de productos según sus preferencias estéticas y presupuestos, optimizando la experiencia de compra. La clave de esta tendencia radica en cómo las empresas pueden reducir el impacto ambiental y mejorar la eficiencia a través de la inversión en alternativas responsables y sostenibles. Las consultorías y el análisis de mercado también destacan la importancia de soluciones prácticas, como las bombillas de bajo consumo, especialmente en regiones donde la economía de energía es fundamental para la vida diaria.
La globalización y las migraciones están redefiniendo las dinámicas culturales y comerciales a nivel mundial. La tendencia de nuevos caminos explora cómo las empresas deben adaptarse a estas transformaciones, desarrollando productos y servicios que reflejen la diversidad cultural y las particularidades de diferentes geografías. En lugar de un enfoque de producto universal, las marcas están comenzando a crear ofertas específicas que resuenen con las preferencias locales.
Un ejemplo claro de esta tendencia es la adaptación de marcas de moda en Chile, que han modificado sus productos en respuesta a la llegada de migrantes colombianos y venezolanos. Estas migraciones han influido en el tipo de ropa interior y jeans que se venden, lo que subraya la importancia de entender y adaptarse a los gustos y necesidades de los nuevos consumidores. Además, proyectos colaborativos, como los que reúnen a artistas y diseñadores de diferentes disciplinas para crear objetos inspirados en la circularidad y la sostenibilidad, muestran cómo las nuevas perspectivas culturales pueden generar soluciones innovadoras y relevantes para un mundo en constante cambio.
En un contexto de creciente polarización, la capacidad de adaptación se convierte en una habilidad esencial para las empresas. Esta tendencia subraya la necesidad de que las marcas definan claramente su esencia y valores, ya que los consumidores buscan cada vez más que las empresas se comprometan con causas sociales y ambientales. La longevidad y la sostenibilidad son factores clave en el diseño de productos, que deben estar pensados para durar o, en su defecto, para desaparecer de manera segura.
La industria del mobiliario, por ejemplo, ha visto un auge en la reventa y alquiler de muebles, reflejando una demanda creciente por soluciones flexibles y adaptables. Productos como parlantes fabricados con monomateriales, que facilitan su reciclaje, y tapicerías hechas con retales reciclados, demuestran cómo la capacidad de adaptación se traduce en prácticas sostenibles y en la creación de valor a partir de lo que podría haber sido considerado desecho. Este enfoque colaborativo entre diferentes industrias y categorías resalta la importancia de pensar en el ciclo de vida completo de un producto, desde su creación hasta su disposición final.
La tendencia del atractivo sensorial pone de manifiesto la importancia de crear productos que no sólo sean funcionales, sino que también ofrezcan una experiencia sensorial enriquecedora. En un mundo cada vez más digitalizado, los consumidores buscan productos que les proporcionen placer y confort, apelando a sus sentidos de manera directa. Este enfoque es crucial para aliviar el estrés y el agotamiento que caracteriza la vida moderna.
Productos como almohadas infusionadas con aceites esenciales, diseñadas para mejorar la calidad del sueño, o pequeñas piezas decorativas que evocan recuerdos nostálgicos, como floreros inspirados en empaques de dulces, son ejemplos de cómo el diseño sensorial puede mejorar el bienestar de las personas. Las texturas suaves, formas redondeadas y colores agradables se utilizan para crear una conexión emocional con el usuario, haciendo que los productos no sólo sean útiles, sino también deseables y reconfortantes. Esta tendencia enfatiza la necesidad de diseñar para el bienestar, asegurando que los productos hagan sentir bien a los usuarios, tanto física como emocionalmente.
En conjunto, estas cuatro tendencias —eficiencia optimizada, nuevos caminos, capacidad de adaptación y atractivo sensorial— reflejan cómo las empresas están respondiendo a los desafíos y oportunidades de un mundo en transformación. A través de la innovación, la adaptabilidad y un enfoque en la experiencia del usuario, las marcas pueden no sólo sobrevivir, sino prosperar en un mercado global cada vez más competitivo y diverso.
Sobre la autora
Catalina Marín es diseñadora industrial con énfasis en moda y experiencia en diseño de moda, mercado del denim e investigación de tendencias. A lo largo de 15 años ha dirigido a la firma WGSN, especialista en tendencias, colaborador con más de 150 cuentas en Latinoamérica.
*Texto basado en la ponencia Macro-propulsores 2026 del interiorismo presentada por Catalina Marín en el marco de la Expo Mueble Internacional Verano 2024.
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