Los niños son el alma del hogar y son también, definitivamente quienes llegan a transformar los espacios de una casa; pero parte de su vida diaria se desarrolla en su propia “guarida”, su habitación.
Los niños son el alma del hogar y son también, definitivamente, quienes llegan a transformar los espacios de una casa; pero parte de su vida diaria se desarrolla en su propia “guarida”, su habitación; un espacio que requiere integrar comodidad y seguridad, pero sobre todo funcionalidad de acuerdo a cada etapa de la niñez, es importante considerar la flexibilidad a la hora de diseñar un espacio para los príncipes del hogar, que requiere adaptarse a los rápidos cambios que van teniendo los pequeños en su desarrollo.
Lo primero que debemos de tomar en cuenta al diseñar una habitación, es la edad del niño y la vida útil que está tendría, de acuerdo a la etapa de vida del infante.
De 0 a 3 años: lo primero a considerar es el mobiliario básico, una cuna o cama-cuna; esta última requiere ser de una mayor durabilidad y funcionalidad, para que ofrezca la posibilidad de ser útil durante un periodo más largo del pequeño o pequeña, al convertirse de cuna a cama y que pueda adaptarse al crecimiento del niño. Algún otro mobiliario puede ser la cómoda-cambiador, librero; y por supuesto, suficiente espacio para jugar.
En esta etapa es importante tener en cuenta ciertas medidas de seguridad para cuidar la integridad del infante, si la alternativa elegida es la cuna: la separación de los barrotes en una cuna deberá ser entre 6 y 7 centímetros, la altura del barandal será de 55 centímetros, esto cuando el colchón está en su posición más elevada y el barandal en la más baja.
Igualmente, la decoración bajo el modelo Montessori no sólo es una tendencia, es también una metodología comprobada y funcional que permite al pequeño moverse con libertad y desarrollar su creatividad; todo estará a su alcance, camas bajas a las cuales se pueda subir y bajar sin ningún riesgo; libreros o jugueteros bajos, ambientes totalmente adaptados y accesibles al niño y al bebé.
De 4 a 8 años: Con el crecimiento del niño vienen también los cambios en la habitación, lo primero que tendríamos que hacer si elegimos una cuna es el cambio a cama, integrar un buró o mesa de noche, con una lámpara de lectura o de mesa que brinde luz cálida, añadir acentos de color en cojinería, tapete, cuadro decorativo o bien cambiar alguna pared de color o con papel tapiz, repisas o baúl para juguetes. Es importante incorporar un espacio para estudio, con una mesa y silla de acuerdo a su edad; la altura recomendada para la mesa es entre los 56 y 60 centímetros y las sillas con una altura al asiento de 35 centímetros. A la cubierta de la mesa se le puede pintar con pintura para pizarrón o para pintarrón de esta manera tendrán un mesa funcional y divertida. Espacio para arte, donde los niños lo puedan realizar y exhibir.
La propuesta para las recamaras de niñas de acuerdo a la tendencia actual, es: guías de luces decorativas, guías de pompones, dosel en tela, candiles con brillo, textura o listones. Y en recamaras de niños: banderines, móviles, tapetes de diferentes formas y cojines en forma de balón.
De 9 a 12 años: nos centrarnos en los detalles significativos que a los niños les encanta para lograr una habitación a su gusto.
Las tendencias, dictan que en las habitaciones les podemos incorporar, un tablero con corcho o metal con imanes para fotografías y papeles importantes, un perchero, una cama baja para invitar a un amigo a dormir, asientos o taburetes extras, un escritorio con silla, y en el caso de las habitaciones de niñas pude tener 2 funciones escritorio y tocador con espejo o por separado espejo tipo Hollywood, asientos colgantes o columpios, tapetes y cojines con pelo.
Los colores en tendencia en las recamaras de niñas la gama de rosas, pero sobre todo palo de rosa, azul turqués y en las habitaciones niños los tonos azules con tonalidades grises y hasta con un poco más de contraste con color negro.
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