México, tierra de una biodiversidad extraordinaria, alberga una red de jardines botánicos que son verdaderos tesoros de la naturaleza. Con un total de 40 jardines botánicos, el país cuenta con una riqueza única de colecciones vegetales que son fuente de conocimiento, conservación y educación ambiental. Estos espacios verdes, agrupados bajo la Asociación Mexicana de Jardines Botánicos (AMJB), son pioneros en la conservación de la flora nacional y representan una valiosa contribución al patrimonio natural del país.
Uno de los destacados entre estos jardines es el Jardín Etnobotánico de Oaxaca, ubicado en la ciudad de Oaxaca de Juárez. Este jardín botánico se distingue por su extensa colección de plantas endémicas de la región, que abarcan una amplia variedad de climas y hábitats, desde zonas áridas hasta montañas frías.
Además de su función como espacio de exhibición botánica, el jardín también alberga un herbario y lleva a cabo actividades de educación ambiental, promoviendo la conciencia sobre la importancia de la conservación de la flora local.
Su historia se remonta a los siglos XVI y XVII, cuando formaba parte del antiguo huerto del convento, y hoy en día es parte integral del Centro Cultural Santo Domingo, un monumento histórico de la ciudad.
El Jardín Botánico de Culiacán es otro ejemplo notable de la diversidad botánica de México. Situado en la capital del estado de Sinaloa, este jardín botánico se caracteriza por su enfoque en la flora de climas tropicales y subtropicales, así como por su impresionante colección de cactáceas y suculentas.
Además de su función como espacio de exhibición, el jardín también desempeña un papel crucial en la conservación de especies en peligro de extinción y en la investigación científica.
Por su parte, el Jardín Botánico de Vallarta emerge como un santuario de la naturaleza, cautivando a visitantes con su exuberante belleza y su compromiso con la conservación.
Fundado en 2004 por el naturalista Bob Price, este paraíso botánico se ha ganado merecidamente su reputación como uno de los más bellos de Norteamérica. Desde su apertura al público, sus 26 hectáreas de extensión ofrecen un escape sereno.
El Charco del Ingenio, ubicado en San Miguel de Allende, es otro tesoro natural de México. Este jardín botánico se encuentra en un entorno único de cañones y manantiales, y alberga una amplia variedad de especies vegetales adaptadas a condiciones semiáridas.
Con un enfoque en la conservación y la educación ambiental, el Charco del Ingenio es un lugar de encuentro para la comunidad local y un santuario para la flora y fauna silvestres.
Ubicado en la vibrante ciudad de Toluca, el Cosmovitral Jardín Botánico es un lugar único que combina la belleza de la naturaleza con la riqueza cultural y artística.
Este magnífico edificio, que alguna vez fue un mercado de productos agrícolas, fue transformado en un jardín botánico en 1980, convirtiéndose en un punto de referencia tanto para los amantes de la botánica como para los entusiastas del arte.
El vitral, obra de Leopoldo Flores, representa la relación entre el hombre y la naturaleza, capturando la esencia misma del jardín botánico que yace debajo.
