Predecir el futuro no es un asunto de psíquicos, es de quienes analizan datos y, con ello, estiman tendencias. El perfil de comportamiento de las personas dice mucho sobre ellos y es una excelente manera de saber qué hacer en el futuro cercano.
Por: André Menin
Inspirado en el libro “Innovar como diseñador”, de André Menin, Luana Picetti y William Marini.
En el programa de "60 Minutos" en 1999, Jeff Bezos, CEO de Amazon, explicó que su sitio web podía agrupar personas con el mismo perfil y mostrar ofertas de nuevos productos que no se basaban en los que habían comprado anteriormente. Ahí mismo, se le preguntó a Bezos qué tenía que decir su empresa sobre la información de comportamiento de las personas, capturada en el sitio web de Amazon. Él respondió que con ellos sería posible predecir, o intentar predecir, los libros, videos o música que la gente compraría, incluso si él no les hablaba. Esta estrategia colocó a la empresa de Bezos entre las más grandes del mundo.
La razón principal para que empieces a recopilar datos a partir de hoy, si aún no lo has hecho, es porque las acciones comunes de las personas, que ves y piensas que son simples actitudes que ni siquiera deberían registrarse, crean una especie de mapa que indica las posibles próximas acciones que ni siquiera las propias personas ven. Los profesionales de la innovación, como los diseñadores, tienen el poder en sus manos. Desarrollan ideas, generan hipótesis, las validan y ofrecen soluciones a los problemas de la humanidad. Este proceso es excelente para generar datos que, si se organizan en un sistema que permita su recolección y almacenamiento, generarán historias útiles para la creación de análisis predictivos.
Predecir el futuro no es un asunto de psíquicos, es de quienes analizan datos y, con ello, estiman tendencias. El perfil de comportamiento de las personas dice mucho sobre ellos y es una excelente manera de saber qué hacer en el futuro cercano.
La innovación, desde la perspectiva del diseñador, es el resultado de la combinación de soluciones diferentes y previamente realizadas, pero también se refiere a renunciar a tus consideraciones, que en la práctica es uno de los mayores desafíos para cualquier ser creativo, y comenzar a analizar escenarios a través de evaluaciones de los datos recopilados.
Entonces, te pregunto: ¿tienes en tus manos todos los datos del mercado donde insertaste tu innovación? ¿Cree que estos datos, por buenos que sean, pueden no traducir con precisión el contexto de su trabajo? ¿Tiene claro qué distingue sus soluciones de las de sus competidores? Sabemos que las preguntas anteriores, por el momento, no brindan respuestas extremadamente confiables. Entonces, este es el momento de crear y alimentar tu Inteligencia de Negocios (BI por sus siglas en inglés).
Este es un término creado por Gartner Group, una empresa de consultoría que desarrolla tecnologías relacionadas con la introspección necesaria para que sus clientes tomen sus decisiones. En términos generales, Business Intelligence es un concepto de gestión inteligente de los datos generados por el movimiento del negocio, recopilados, organizados, analizados, compartidos y monitoreados constantemente. Básicamente, es el panorama exacto de lo vivido, traducido en números y que asisten en la toma de decisiones futuras. Me gusta compararlo con el mapa del terreno en el que estás pisando, para que, conociendo los atajos, puedas ir más rápido que tus competidores.
La necesidad de generar ingresos para mantener vivo el negocio requiere que las innovaciones efectivamente tengan sentido para las personas que las utilizarán, lo que considero el elixir que hace la vida del innovador más fácil y sencilla. Clientes satisfechos, sugerencias de mejora y datos de comportamiento son solo tres ejemplos de los más variados grupos de datos que debe buscar durante su proceso de diseño.
La BI ayuda a extraer de los datos la información que generará conocimiento para que, luego, el Diseñador Científico pueda utilizarlo como un punto central y confiable en una nueva toma de decisiones. Transformar los datos en bases sólidas para ayudar en las decisiones estratégicas es su función principal, aunque todavía se cita ampliamente cuando un profesional o una empresa desea abordar informes simples de cuentas por pagar o informes de clientes potenciales (oportunidades comerciales representadas por personas que proporcionaron su información de contacto). Cuando ya has introducido tu innovación en el mercado, tu producto o servicio tiene el potencial de generar una gran cantidad de datos. La decisión de recopilarlos y evaluarlos siempre depende del profesional innovador, es decir, el Diseñador Científico.
Los datos generados por el comprador, son la mejor arma que puede usar (y su negocio, por supuesto. Para ello, es necesario prepararse para absorber una gran cantidad de información y, en consecuencia, planificar sus proyectos de innovación para que cuenten con puntos de recogida de datos. Un buen ejemplo de ello es el día a día de un diseñador de muebles con sesgo científico, que desarrolla sus proyectos a través de una serie de datos de mercado y público objetivo, vendiendo incluso sus innovaciones a gran escala a través de industrias y grandes cadenas de distribución. Hasta ahora todo parece normal, sin embargo, ¿cómo seguir evolucionando? ¿Qué camino debería tomar la próxima innovación cuando el producto o servicio actual se vuelva obsoleto?
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