Ese es el gran objetivo al integrar la naturaleza en la vida cotidiana. El crecimiento vertiginoso de las ciudades, ha dado como resultado la necesidad de transformar los espacios para poder crecer. Antes podíamos ver más proyectos horizontales, existía la posibilidad de crear conjuntos habitacionales con muchas áreas verdes, casas con jardín propio, jardines comunes, etcétera; ahora el crecimiento es vertical, los espacios se redujeron y se tuvo que construir hacia arriba, de ahí la explosión de los departamentos residenciales, lo que trajo como consecuencia la dramática reducción de los espacios verdes.
Hay que recordar que la gente, todos, tenemos una profunda necesidad de conectar con la naturaleza. Desde el principio de los tiempos, la naturaleza ha sido parte de la evolución del hombre. Si en este momento hiciéramos el ejercicio de pensar en un árbol, seguramente lo imaginaríamos grande, frondoso, verde y es que tenemos en nuestra memoria evolutiva que los árboles han sido nuestros protectores, al treparlos nos resguardan de los animales, nos protegen del sol al darnos sombra, con sólo levantar la mano podemos arrancar un fruto y tener alimento, es decir, la naturaleza está profundamente arraigada en nuestra esencia.
Así nace un concepto llamado Biofília, acuñado por el biólogo estadounidense Edward O. Wilson y que se refiere a la afinidad innata del ser humano por todo lo vivo, nuestro sentido de conexión genética con la naturaleza y la vinculación emocional con el hábitat y con el entorno.
De ahí la importancia de llevar la naturaleza al interior de las ciudades, de crear ambientes con vegetación y zonas verdes en todos nuestros espacios de convivencia; oficinas, restaurantes, hospitales, espacios públicos, etc., pues además de los beneficios cuantificables que nos aportan (desarrollo de biodiversidad, captación de CO2, etc.,) lo que buscamos es volver a sentir esa experiencia biofílica que nos recuerde nuestra esencia como seres vivos.
Un estudio a gran escala encontró que casi el 10% de las personas con presión arterial alta podrían controlar su hipertensión si pasaran sólo 30 minutos o más en un parque cada semana. Si todos tuvieran tiempo para dedicarse a la naturaleza, los ahorros en costos de atención médica podrían ser increíbles.
Por eso lo que hacemos los paisajistas y los despachos de arquitectura de paisaje como Huatan, también impacta directamente en la salud y en las emociones de la gente. Siempre me he sentido muy afortunado de poder contribuir en el bienestar de las personas, nuestros diseños de paisaje aportan una experiencia multisensorial, dan tranquilidad, energía, despejan la mente y generan felicidad.
Existen muchos estudios que afirman, que con sólo contemplar las plantas y estar en contacto con ellas, mejora la salud y el bienestar.
Las investigaciones muestran que las imágenes, los sonidos y los olores de la naturaleza pueden tener efectos positivos en la salud. Se ha demostrado que escuchar los sonidos de la naturaleza, ayuda a recuperarse más rápido del estrés, lo que explica por qué los spas emplean estos sonidos en sus salas.
Varios estudios también han demostrado que tener una vista con ventana a un espacio verde puede ayudar a las personas en los hospitales a recuperarse después de las operaciones.
Por otro lado, también existe la necesidad de llevar la naturaleza a los ambientes laborales, nuestras oficinas son un ejemplo de ello. Está comprobado que la interacción con la naturaleza en los espacios corporativos, aumenta la productividad, fomenta la creatividad, disminuye los niveles de estrés y prolonga los períodos de atención.
Hemos creado emociones con proyectos de diseño de paisaje en algunos restaurantes, donde los comensales experimentan una experiencia sensorial al verse rodeados de naturaleza en un interior. Al crear estos ambientes pensamos, ¿qué ven los comensales al entrar, qué variedad de plantas hacen armonía con la arquitectura del lugar, con qué texturas se encuentran y conviven sentados en sus mesas,?, todo eso logra crear una atmósfera gastronómica verde.
Como mencionaba anteriormente, el crecimiento vertical de las ciudades, nos ha llevado a retarnos creativamente para llevar la naturaleza a estos espacios reducidos, un ejemplo es la creación de nuestros Huertos urbanos. Sabemos que tener un huerto en casa, es una experiencia que también alimenta el alma. Tener un huerto es ver y generar vida, sentir la satisfacción de sembrar y cosechar tus propios alimentos, es una experiencia única, además da la oportunidad de tener una actividad divertida y anti estrés en casa, también es una gran herramienta de educación ambiental y ecológica para los niños.
El poder transformador de la naturaleza es tan grande, que la arquitectura está revolucionando las grandes ciudades que desean ser más sostenibles. Las ciudades verdes apuestan a la salud emocional y física de sus habitantes, las construcciones intentan proteger el aire, el agua y la tierra, eligiendo materiales y prácticas de construcción ecológicas.
El desarrollo sustentable es el concepto clave para la prosperidad económica y social de los países, la inteligencia ambiental es la verdadera evolución del planeta. Por eso siempre digo que hoy por hoy, ya no sólo existen sólo tres R´s; Reducir, Reutilizar, Reciclar. Hay una cuarta R: Reverdecer.
Daniel Gómez-Bilbao
Director General
Huatan
Firma de vanguardia tecnológica en diseño, arquitectura, ambientación, cuidado y conservación de espacios verdes sustenctables.
Actualizamos nuestro aviso de privacidad, conócelo aquí