En un mundo cada vez más consciente de la interconexión entre la humanidad y el planeta que habitamos, el diseño se ha convertido en una herramienta poderosa para promover la sostenibilidad y la equidad social. En este contexto, el diseño ecofeminista emerge como un enfoque que integra la perspectiva de género con la conciencia ecológica, buscando transformar las prácticas de diseño hacia una mayor armonía con la naturaleza y una redistribución justa del poder.
En el corazón de este movimiento se encuentran figuras como Andrea Soler y Taina Campos, cofundadoras de Diseña Colectiva, una plataforma que busca no solo crear diseños innovadores, sino también tejer redes que promuevan la despatriarcalización y la restauración socio-planetaria. Su enfoque va más allá de la simple estética o funcionalidad; se trata de abordar las raíces sistémicas de la desigualdad y la degradación ambiental.
Un aspecto clave de este enfoque es la educación y la sensibilización. El cambio real sólo puede ocurrir si las personas están informadas y comprometidas con la causa. Por lo tanto, en esta labor activista es fundamental la realización de talleres, charlas y eventos que difunden los principios del diseño ecofeminista y fomentan la participación activa en la construcción de un futuro más justo y sostenible.
La premisa fundamental del diseño ecofeminista es reconocer la intersección entre la opresión de género y la explotación de la naturaleza. Estas formas de dominación están intrínsecamente entrelazadas en un sistema que privilegia el crecimiento a expensas de la salud de las personas y del planeta. Gran parte del trabajo de Andrea Soler y Taina Campos se ha enfocado en facilitar redes para desafiar estas estructuras y construir alternativas que promuevan la justicia social y ambiental.
Una de las principales estrategias de Diseña Colectiva es involucrar a comunidades marginadas y a personas que tradicionalmente han sido excluidas del proceso de diseño. Reconocen que estas voces son fundamentales para identificar problemas y soluciones que reflejen las necesidades reales de las personas y del entorno. Al colaborar estrechamente con estas comunidades, no solo se fortalecen los lazos sociales, sino que también se promueve un sentido de empoderamiento y pertenencia.
Además, el diseño ecofeminista se caracteriza por su enfoque en la resiliencia y la regeneración. En lugar de simplemente minimizar el impacto negativo, busca activamente restaurar los ecosistemas y las comunidades afectadas por la injusticia y la degradación ambiental. Esto implica adoptar prácticas de diseño que estén en armonía con los ciclos naturales, utilizando materiales renovables y técnicas que reduzcan el desperdicio y la contaminación.
En última instancia, el diseño ecofeminista es un llamado a la acción para repensar nuestra relación con el mundo que nos rodea. Andrea Soler y Taina Campos son ejemplos inspiradores de cómo el diseño puede ser una fuerza para el cambio positivo, no sólo en términos estéticos o comerciales, sino también en términos sociales y ambientales. Su trabajo con Diseña Colectiva nos recuerda que cada decisión de diseño tiene el potencial de promover la equidad y la armonía en un mundo cada vez más interconectado.
Acerca de
Diseñadora industrial egresada del CIDI UNAM y con Maestría en Estudios de Diseño en Centro; enfocada en diseño regenerativo a través de la exploración con biomateriales.
Ha vivido y trabajado en Río de Janeiro, Londres, París y Oaxaca donde ha colaborado en distintos despachos y proyectos de diseño industrial, diseño estratégico e innovación social. Actualmente vive y trabaja en la Ciudad de México, donde desarrolla biomateriales y proyectos de investigación y diseño en sustentabilidad, género y educación. Gracias a su trabajo ha sido expuesta, publicada e invitada como conferencista en distintas plataformas y congresos.
Andrea tiene una Maestría en Diseño Industrial de la Universidad Nacional Autónoma de México y otra en Diseño de Producto de la Universidad de Trent en Inglaterra. Directora de la Carrera de Diseño de la Universidad Tecnológico de Monterrey en CDMX.
Como Co-Fundadora de Diseña Colectiva, organiza eventos de diseño con una perspectiva feminista. En su rol como directora de arte, Andrea diseña y construye espacios y narrativas para uso comercial y videos musicales en Boca del Tigre Studio.
Su trabajo se centra en el diseño emocional y la investigación de género en la cultura intangible. Colabora con el Taller Interuniversitario de Diseño (TiUD), un proyecto de diseño activista, y forma parte del colectivo creativo Fieras Fierras.
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