Moblaje
© Fotografía: Iliana Pichardo

Espacio público transfronterizo y transitable

Las iniciativas encaminadas a reconstruir los espacios públicos así como restablecer la sensación de seguridad y comunidad son cruciales para revitalizar las ciudades fronterizas mexicanas.

POR Iliana Pichardo Urrutia
27 julio de 2023

Las iniciativas encaminadas a reconstruir los espacios públicos así como restablecer la sensación de seguridad y comunidad son cruciales para revitalizar las ciudades fronterizas mexicanas y fortalecer el tejido de sus comunidades facilitando oportunidades de socialización, expresión cultural y reactivación económica. 

Son muchos los proyectos que trabajan hacia ese fin. Un ejemplo de ellos es el colectivo multidisciplinario Rezizte, fundado en Ciudad Juárez, Chihuahua, por el activista y artista plástico Jorge “Yorch” Pérez, quienes en los últimos veinte años se han pronunciado visualmente ante las violencias que han tenido lugar en la ciudad incluyendo los feminicidios y la adversidad que enfrentan los distintos grupos migrantes en el contexto de la frontera México - Estados Unidos.

mural de Yorch Pérez
Fotografía: Iliana Pichardo

Entre el 2008 y 2011 la violencia escaló en Ciudad Juárez como consecuencia de la “guerra contra el narcotráfico” del sexenio de Felipe Calderón. Los tiroteos y fuegos cruzados tomaron las calles que antes pertenecían a sus habitantes. Muchos residentes se asentaron en la ciudad vecina de El Paso, mientras que el espacio público en Juárez se volvió no transitable.

Para la Panadería Rezizte el objetivo fue recuperar las calles a pesar del miedo, sobre todo para los jóvenes. La Panadería, que ahora se encuentra en el centro de la ciudad, se desprende del negocio fundado por los abuelos del mismo Yorch, quienes comenzaron con este oficio artesanal. Desde entonces, la panadería se convirtió en referente no solo de la elaboración del pan sino también del arte urbano al ser un espacio que convocaba distintos proyectos artísticos con impacto social.

En 2022 tuve oportunidad de conocer, en el marco de su lanzamiento, el proyecto de la Sección Amarilla de la Migración, una guía diseñada para acompañar en diferentes niveles a las personas migrantes. Se trata de un trabajo colectivo realizado por una diversidad de artistas que reflexionan y trabajan para y desde la frontera. Ésta es una de las propuestas donde el colectivo Rezizte colabora, así como Brenda Ceniceros (BICO), arquitecta, gestora cultural y artista visual a través del colectivo Bazart Juárez.

Esta guía no solo cuenta con información práctica sobre albergues y asociaciones relevantes de ayuda a los migrantes sino que también presenta contenido artístico tanto literario como gráfico.

El muro que se redibuja

En el bordo del río, bajo el puente que conecta con El Paso, se encuentra uno de los proyectos públicos de muralismo más activos de nuestro país. Esto es una propuesta de Yorch (Panadería Rezizte) en colaboración continua con diversos artistas tanto locales como provenientes de muy diversos sitios.

mural Bajo el Puente
Fotografía: Iliana Pichardo

La clave es su identidad dinámica, ya que los murales no son para siempre, se van degradando con el tiempo y se pinta sobre ellos, un mural se yuxtapone al anterior. Es un paisaje cambiante, tal como lo es el paisaje en la frontera. 

 

Resistencia a pie

Un movimiento completamente afín a la recuperación del espacio público orientado a la vida peatonal surge del colectivo De.siertos Andantes que invita a recorrer a pie distintas zonas de Juárez para reflexionar la ciudad. Este año, una de las caminatas fue “El bordo y la herida en la frontera” que estuvo dirigida por Brenda Ceniceros (BICO), autora también del libro Cartografías de la frontera (2022),  y Yorch (Panadería Rezizte).

Esta iniciativa se suma durante el mes de mayo a las caminatas urbanas que se realizan en sesenta países en conmemoración de la activista Jane Jacobs quien desde la década de 1950 en la ciudad de Nueva York ya consideraba la ciudad como un ecosistema cuya planeación debía basarse en las comunidades, destacando la enorme importancia de la caminabilidad de los barrios.

El objetivo de estas caminatas es reapropiarse de espacios donde regularmente no se camina, en los que el clima es extremo y la infraestructura urbana no está diseñada para los peatones. Durante este recorrido caminamos a lo largo del bordo en el que hace más de un siglo el Río Grande o Bravo, era un río caudaloso que hoy se encuentra sobreexplotado y disminuído. Generalmente, los que transitamos desde El Paso a Juárez y viceversa observamos el río desde arriba del puente; estar abajo, caminando, es una forma de retomar el derecho humano al tránsito. A decir de Brenda Ceniceros, caminar por donde no hay banquetas pero sí hay patrullas que sospechan de todo aquel que va a pie es una poderosa forma de resistencia. Recuperar la movilidad es un derecho.

En contraste, del lado de El Paso, las calles y las banquetas son muy anchas, siguiendo el modelo de ciudad estadounidense. Al cruzar es evidente que se trata de otra propuesta de planeación urbana y paisajística, sin embargo, a la par existe una continuidad visual –que va desde Avenida Juárez hasta el Paso Street–, que reafirma la sensación de que se trata de dos ciudades que comparten vínculos y comunidades.

Una cuestión que se replica en ambos lados de la frontera es que si tienes coche, resistes menos que aquellas personas que cruzan caminando y que deben hacer fila en el puente. Si tienes la Sentri para ingresar a Estados Unidos, resistes menos porque cruzas más rápido.

Quienes no tienen los documentos necesarios terminan acampando junto al río en el sol o en el frío, como muchos de los migrantes que así lo hicieron antes de que las medidas de seguridad se intensificaran este año para evitarlo. Quienes transitan por esta zona transfronteriza son cuerpos que dependen de los tiempos y medidas del estado. Entonces la apuesta de estos movimientos es transformar la realidad de que solo camina el que menos privilegios tiene.

 

El mobiliario en el espacio público

Un ejemplo local de urbanismo táctico es el emprendido por Nómada Estudio Urbano que mediante la realización de diversos pilotos y prototipos permite explorar las diversas posibilidades de reactivación y reapropiación del espacio público y la participación activa de los ciudadanos.

Algunas de las soluciones que este colectivo ha producido y probado en el pasado a través de distintas activaciones incluyen la estación de lectura vecinal, que constó de un pabellón lúdico dirigido a las infancias para promover dinámicas de apropiación del espacio desde el juego y la cultura, o  la Plaza de Bolsillo que permitió la habilitación de un espacio de participación colectiva entre ciudadanía y gobierno en el centro histórico de la ciudad. 

 

SOBRE LA AUTORA / PLUMA INVITADA

Iliana Pichardo Urrutia
Fotografía: SmokeLong Quarterly

Iliana Pichardo Urrutia es escritora y guionista. Cuenta con una larga trayectoria de trabajo para festivales de cine, incluyendo FICUNAM y como guionista para productoras independientes. Además, es cofundadora del colectivo de Arte Transmedia Buñuelos.

Actualmente cursa la maestría bilingüe en escritura creativa en la Universidad de Texas en El Paso y se dedica a investigar sobre temas transfronterizos y la identidad a través de la experimentación en el lenguaje, la imagen en movimiento y el sonido.

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