El joven chef mexicano Alonso Madrigal abre su primer restaurante (MALIX) apostando por una gastronomía que aúna influencias multiculturales con ingredientes locales sustentables.
El joven chef mexicano Alonso Madrigal abre su primer restaurante (Malix), apostando por una gastronomía que aúna influencias multiculturales con ingredientes locales sustentables.
Malix es el primer restaurante de Alfonso, chef promesa cuya inquietud, determinación y esfuerzo perseverante al frente de los fogones, le permitió trabajar y perfeccionar su técnica en algunas de las cocinas más reconocidas, como la de René Redzepi y Elena Reygadas, en los restaurantes Noma y Rosetta, respectivamente.
Gastronomía casual que celebra la riqueza del mestizaje culinario define la esencia de Malix, café-bar-vinatería y laboratorio culinario que abre sus puertas en el corazón de Polanco para compartir la visión del chef Alonso Madrigal, joven talento mexicano que forma parte de la nueva generación que está reimaginando la escena culinaria contemporánea del país.
Mientras que el menú refleja el carácter ecléctico de la propuesta, con encuentros inesperados entre la culinaria oriental, mexicana, mediterránea y de medio oriente, la experiencia de Malix se complementa con sus cenas mano a mano, una iniciativa que conecta comunidades, tradiciones y personalidades en una serie de colaboraciones efímeras con diferentes figuras relacionadas con el mundo gastronómico.
Para Mier y Terán y Galvanduque, este proyecto constituye la oportunidad de generar una experiencia que exalta la diversidad y la exploración de la riqueza biocultural de México.
Ubicado en el corazón de Polanco, en la Ciudad de México, Malix celebra la riqueza de la fusión y el mestizaje culinario, al tiempo que busca la integración de la comunidad, brindándole un espacio de convivivencia con una gastronomía casual que enaltece los sabores de México, enriquecida con influencias de distintas latitudes del mundo.
A cargo del estudio MYT +GLVDK, liderado por Andrés Mier y Terán y Regina Galvanduque, el desarrollo de la arquitectura, el mobiliario e identidad refleja la diversidad a partir de la reinterpretación de elementos cotidianos del paisaje metropolitano y el mestizaje en su materialidad.
Con el objetivo de crear un taller culinario para el chef Alonso Madrigal - donde mundos convergen en un ambiente cosmopolita el cual da lugar a platillos inéditos y experimentales -, MYT +GLVDK concibió una vinatería gourmet y café/bar que refleja el dinamismo del proyecto, creando un espacio versátil donde el comensal es testigo, de manera accesible y divertida, de los procesos que dan vida a sabores contemporáneos.
La palabra "Malix" - pronunciada Malísh y que en maya significa "sin raza" - hace alusión a la manera de dirigirse a los perros callejeros en la península de Yucatán; esta idea describe la esencia del proyecto: no atarse a ninguna raíz en particular. Tomando como inspiración el mestizaje, Malix evoca la mezcla de materiales y tonalidades callejeras, como el concreto gris y, en su mobiliario, la señalética urbana.
La distribución de los espacios se divide en cuatro áreas: una cocina enfocada en la parrilla y el comal, complementada con instrumental de última generación; una tienda cuidadosamente curada con los mejores abarrotes y especializada en vinos, cerveza y salchichas frescas; ua barra donde se sirve un sencillo menú de desayuno y que, por la tarde, se transforma en un espacio en donde se ofrecen platillos eclécticos que complementa la selección de bebidas del lugar; y un salón privado para celebrar cenas mano a mano junto con diferentes chefs invitados.
Los arquitectos Andrés Mier y Terán y Regina Galvanduque diseñaron el ambiente interior a partir de la combinación de materiales primarios - como el cemento y la varilla - con elementos orgánicos de madera de pino y de barro artesanal, además de texturas presentes en algunas piezas de mobiliario, como el tapizado con cuero bovino, cuyo tacto evoca el pelo de los cuadrúpedos.
La gama monocromática integra tonalidades neutras. En la atmósfera prima la personalización de los detalles, como por ejemplo el suelo con patrón específico a partir de un collage de diversas placas decorativas, que asemejan al pelaje canino tricolor, y a las marcas de huellas permanentes - en la barra - que dejan los canes en las aceras y que recuerdan su paso accidental sobre el cemento fresco.
En la identidad gráfica, MYT +GLVDK incorporó ilustraciones de canes - autoría de Marina Corach - para aportar elementos visuales desenfadados en los accesorios decorativos, los menús y los embalajes de los productos de la vinatería, como son los embutidos artesanales, salsas, conservas, vinos naturales, cervezas y destilados nacionales.
MYT + GLVDK, firma mexicana multidisciplinar con visión global, surgida de la colaboración de Andrés Mier y Terán y Regina Galvanduque, ofrece soluciones innovadoras, funcionales y atractivas con una estética depurada en torno a conceptos sólidos y bien definidos que se traducen en productos y experiencias memorables.
Mediante una metodología de trabajo 360º que integra tres pilares esenciales, la arquitectura, el diseño industrial y el branding, el estudio MYT + GLVDK concibe para cada cliente una narrativa particular que permita contar con su propia historia.
Con notable experiencia en el ámbito de la hospitalidad, retail, residencial, instituciones culturales y exposiciones, los proyectos de MYT + GLVDK se caracterizan por la convergencia de tradición y vanguardia aunando calidad, practicidad y sofisticación.
Vía Wish & Co
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