La prestigiosa firma WGSN especializada en estudios de tendencias mundiales nos hace partícipes de este interesante informe que resume el papel que jugará el hogar para los próximos años hasta el 2025. Nos hace saber cómo será la casa que tomará un lugar preponderante en el cual trabajar, relajarse, ejercitarse y demás.
El informe señala que “los próximos tres años serán complicados, pero también brindarán una oportunidad única –o más bien la necesidad imperativa– para innovar. Será el mejor momento para perfeccionar productos, crear otros nuevos y expandirse a nuevos mercados”.
Los estilos de vida en el hogar 2025 que destaca WGSN son: Vivir con Propósito, Trabajo Dinámico, Descanso Reparador y Ocio Inmersivo.
Aquí presentamos un resumen de dicho informe como referente para los empresarios y profesionales de las industrias del mueble y la decoración.
Dentro de cientos de años, puede que los historiadores consideren los inicios del siglo XXI como un gran despertar. El consumismo ciego se ve sustituido por un consumo consciente; la reparación y el reciclaje contribuyen a resolver el problema de los residuos descontrolados; y la idea de obtener ganancias ilimitadas desaparece en favor de modelos comerciales más sostenibles, como el concepto emergente de capitalismo regenerativo. Estamos entrando en una época caracterizada por un modo de vida intencional, donde las decisiones y acciones de los consumidores se tomarán con mayor sentido.
El concepto de trabajar de manera más inteligente, no más ardua, ya era una idea generalizada antes de 2020, pero el COVID lo acentuó. De repente, gran parte de lo que producimos se trasladó al hogar, y para quienes trabajan en oficinas, el desplazamiento diario al trabajo y el horario de 9 a 5 comenzaron a parecer anacrónicos. La productividad se podía alcanzar en otros términos.
Durante los próximos tres años, las empresas formalizarán acuerdos de trabajo híbridos; los empleados reemplazarán las improvisadas oficinas caseras con espacios más permanentes (cómodos), y en un contexto de recesión, más gente se planeará su próximo movimiento o se ocupará en trabajos complementarios.
El descanso solía entenderse como una actividad pasiva, algo que sucedía entre los quehaceres diarios, pero en este primer cuarto del siglo XXI, su significado está cambiando. El descanso se está convirtiendo en algo que se debe buscar y monitorear activamente.
La pandemia y el cambio al teletrabajo, nos ha hecho buscar mayor intencionalidad en nuestra forma de descansar. Hemos marcado límites a la jornada laboral, descargado apps de meditación, invertido en mejores almohadas y rociando aceites esenciales sobre ellas.
Para las marcas de todas las industrias, el descanso representa una oportunidad clave para ayudar a los consumidores.
Como tantos otros aspectos de la vida, el ocio y el entretenimiento se integraron más en nuestras casas durante la pandemia, y esto continuará a medida que entremos en un período de recesión económica. En los próximos años, con independencia de la industria, será imperativo crear productos y servicios que faciliten y hagan más asequible el ocio en casa y, a menudo, de un modo más inmersivo. Esto se concretará de dos maneras. Por un lado, los placeres táctiles de cocinar y recibir visitas impulsarán las compras, pues las salidas a restaurantes y las vacaciones serán menos frecuentes, y la gente tratará de perfeccionar las habilidades que desarrolló durante la pandemia. Por otro lado, el atractivo escapista del entretenimiento en pantalla, como los juegos, la TV en streaming e incluso las clases virtuales, educativas o de fitness, ganarán importancia con el desarrollo del metaverso, lo que abrirá oportunidades para que las marcas consoliden su presencia y vendan productos en el espacio virtual.
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