La biomímesis consiste en emular los sistemas y procesos naturales en el diseño. En la fabricación de muebles, esto podría significar inspirarse en los patrones, formas y funcionalidades de la naturaleza. Por ejemplo, el diseño de una silla inspirada en un nido de pájaro podría incorporar materiales sostenibles e imitar su estructura ligera pero resistente.
El diseño biomimético en México se inspira en los diversos ecosistemas del país, sus especies únicas y sus conocimientos tradicionales. Existe de hecho una red llamada Biomimicry México dirigida por Daniela Esponda, líder de la consultora Nature Design Lab, y advocada a la creación de oportunidades para todas aquellas personas con el deseo de propagar la ética, la práctica y la enseñanza de este enfoque.
Igualmente, varios diseñadores locales han adoptado este principio; por ejemplo: Adrián López Velarde y Marte Cázarez son los cofundadores de Desserto, una empresa dedicada a producir una alternativa sostenible a la piel animal utilizando plantas de agave. Inspirados por la resistencia y flexibilidad de las fibras de agave, desarrollaron un proceso para transformar las hojas de la planta en un material duradero y biodegradable que puede utilizarse en moda, tapicería de automóviles y otras aplicaciones.
Como diseñador de muebles y productos, Moisés Hernández a menudo incorpora patrones naturales en sus creaciones. Por ejemplo, su colección "Coral" incluye lámparas y separadores de ambientes que imitan las estructuras ramificadas y los intrincados patrones de los arrecifes de coral.
Por su parte, Ariel Rojo es un diseñador que emulando la bioluminiscencia de las luciérnagas produjo la serie "Firefly". Estas luminarias imitan los patrones sincronizados de parpadeo de las luciérnagas, pueden utilizarse para crear una iluminación ambiental y decorativa en espacios interiores y exteriores.
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