Una precisa proporción entre el entorno natural, los volúmenes y el espacio han sido las líneas directrices que definen el proyecto del hotel boutique Flavia, un lugar cuya atmósfera evoca sensaciones e historias inspiradas en la riqueza de Oaxaca.
Una precisa proporción entre el entorno natural, los volúmenes y el espacio han sido las líneas directrices que definen el proyecto del hotel boutique Flavia, un lugar cuya atmósfera evoca sensaciones e historias inspiradas en la riqueza de Oaxaca.
La obra, liderada por el arquitecto João Boto Cæiro, al frente del despacho RootStudio, se encuentra emplazada en las laderas del cerro de San Felipe, en la reserva natural Cordillera de la Sierra Norte en Oaxaca. Su desarrollo siguió un método de planeación con un ritmo orgánico y escultórico. Para ello, Boto Cæiro moldeó la edificación de tal manera que preservara las particularidades de la superficie –adaptándose a la pendiente natural del terreno–, alternara los espacios, las proporciones, las luces y las sombras con la vegetación endémica y los materiales en crudo, como el concreto, las maderas y el vidrio.
El resultado es un alojamiento singular con restaurante, piscina panorámica y 11 habitaciones con ambientes y configuraciones particulares en cada uno. En la edificación de cuatro niveles de doble altura, el huésped disfruta de un carácter ecléctico, aderezado por un paisajismo –diseñado por Luis Zárate, reconocido por su labor en el Jardín Etnobotánico de Oaxaca– que, en los jardines, patios y terrazas, aúna cactáceas, árboles de pochote, pitayas y plantas acuáticas.
En Flavia, una característica que lo hace inigualable es el aspecto sensorial que despiertan sus recamaras, todas únicas, aunque con ciertos elementos que las hace dialogar. Ejemplo de ello es Búnker, una original habitación subterránea con gran iluminación, antítesis para el término que le denomina. Por otro lado, la luminosidad es un rasgo que comparten Nubes y Copal, ésta última con imponentes ventanales. En Teatro, como su nombre lo indica, privilegia el dramatismo de un sitio que invita a la introspección, mientras que Kundavi, Biblioteca, Cuarto de Máquinas y Xolo abrazan la calidez de las maderas como componente protagónico. Finalmente, en Roja, Selva y Kuni, el contraste de las texturas es el tema principal.
El mobiliario se creó expresamente para proyectar una profusa sofisticación al lado de la obra de artistas locales que aportan su estética a los distintos ambientes del hotel boutique.
La experiencia en Flavia se complementa con diferentes amenidades, como una zona dedicada al wellness, un salón privado y huerto orgánico, que subrayan su misión de invitar al huésped a descubrir Oaxaca desde la óptica inédita de un caleidoscopio de emociones, historias y sensaciones.
Fotos: Lizzet Ortiz y Deslior
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