Nunca olvidaré el día en que un jefe de proyecto, cuando yo estudiaba y trabajaba en Milán, nos dio la siguiente instrucción: “solo trabajaremos con marcas italianas”. Lo primero que pensé fue que intentar hacer eso en México en ese momento como interiorista me resultaría imposible. Si bien, consideraba que esas eran reflexiones al aire ya que no tenía la claridad de que algún día regresaría a vivir a Guadalajara, en retrospectiva esa anécdota la tuve presente siempre durante la formación de Tributo.
Tampoco era mi intención desempeñarme como docente, pero, al encontrarme de vuelta en México, algunos colegas del sector me vincularon con diversas cátedras. Fue entonces que después de haber estudiado diseño industrial en la Universidad de Guadalajara y arquitectura de interiores en el Politécnico de Milán, dirigí de 2009 al 2013 talleres de diseño artesanal con estudiantes de licenciatura.
La materia que dirigí la llamamos “Design for Heritage” en donde teníamos como objetivo generar vinculaciones con comunidades artesanales y contaba con la libertad de elegir la técnica, el material y el taller con los cuales colaboraríamos, de acercar a mis alumnos a estos maestros, sus prácticas y saberes. Siempre he considerado que dar clases es volver a estudiar y esta labor fue para mí como realizar una especialidad en la cual iba curando mi propia curiosidad.
Algo que advertí desde un principio fue la discontinuidad generacional de los talleres que visitábamos, no había personas jóvenes trabajando en ellos, no había aprendices y las máquinas y herramientas con frecuencia se encontraban en estado de abandono. Fue así como encontré una misión y me propuse atender el problema de desvinculación con la contemporaneidad, con los nuevos mercados, con las nuevas generaciones a través del diseño, que, estaba segura desde ese momento, es una herramienta para solucionar problemas. Me planteé como primer paso llevar estos nuevos objetos contemporáneos con manufactura artesanal a nuevos contextos como museos, galerías, exposiciones internacionales, escaparates en los que la gente valorara de nuevo los procesos productivos tradicionales.
Mi padre es de Sayula, Jalisco, y durante toda mi infancia me llevó a visitar el taller de la familia Ojeda, fabricante de cuchillos. En el año 2009 y con la oportunidad de asistir como expositor al Salone Satellite del Salone Internazionale del Mobile en Milán con colegas diseñadores, visité a Don José Ojeda y le propuse fabricar una pieza con mi diseño para esta exposición, a lo que él accedió rápidamente, para mi era una figura totalmente familiar a la que admiraba mucho y la colaboración se dio de forma muy natural. Lo que hice fue fusionar el trabajo de dos técnicas artesanales: la Metalistería de Sayula, Jalisco, con la talla de obsidiana de Teotihuacán.
Al exhibir los resultados en Italia, esta experiencia internacional me trajo mis primeras publicaciones, la oportunidad de exposiciones locales, internacionales y de muchas colaboraciones más.
Gracias a los maestros artesanos que fui conociendo, que siempre generosos, mantenían las puertas de sus talleres abiertas a estas nuevas experiencias, encontré una estimulación creativa que no paró.
En 2012 que realicé una estancia de investigación en Japón, bajo el tema “Diseño Moderno y Técnicas Artesanales de Japón” ya tenía una inercia de realizar colaboraciones con el sector artesanal y exhibirlas, ya sea nacional o internacionalmente así que me propuse desarrollar mi proyecto que titulé “Tributo a Japón” el cual presentaría al finalizarlo en Tokyo Design Week. De este proyecto el más representativo es mi silla “Your Skin”, para la cual realicé una investigación que concluyó en la experimentación en nuevos colores para el teñido de la fibra igusa con la que se produce el tejido hanagoza con el cual se fabrican los tatamis.
Para el diseño del asiento de la silla, apliqué un dibujo abstracto nunca antes experimentado en este tipo de tejidos así como las tonalidades elegidas, la realizaron artesanos de la ciudad de Kurashiki y la estructura de la silla fue fabricada por grandes ebanistas de la ciudad de Kioto. La silla fue exhibida en Kioto en 2012 y en Milán en 2013. Actualmente la producimos y vendemos en Tributo y ha estado presente en numerosas exhibiciones y galerías nacional e internacionalmente.
Esta experiencia de vivir, investigar y trabajar en Japón fue de hecho una de las grandes inspiraciones para Tributo. El trasfondo poético de la marca viene de ahí, además de que parte de mi objetivo era comprobar que la metodología que yo había desarrollado en México podría ser aplicada exactamente igual con artesanos de cualquier parte del mundo.
En 2013, mi hermana Gabriela Noriega, utilizó todo el material creativo y conceptual que yo había desarrollado como parte de su proyecto de tesis de maestría. Fue así como juntas consolidamos una marca en la que cabía mi sueño de “rendir tributo por medio de objetos a la poesía de las manos”. En 2014 lanzamos la marca con diseños míos y de talentosos colegas, alumnos y ex alumnos. Me da mucho orgullo haber desarrollado un proyecto que edita el trabajo de talentosos jóvenes diseñadores.
Tributo fue también la primera marca en dar crédito a cada artesano con quien colaboramos, en brindar información sobre su región, revalorizando su nombre y su quehacer. Esa es la verdadera misión de la marca, comunicar y visualizar, una marca que habla de la creatividad en México desde muchos puntos de vista: material, técnico, cultural.
Por otra parte, desde que empecé a trabajar con el sector artesanal, constaté que los impactos ambientales son muy bajos y que necesitamos hablar también de los beneficios de su escala productiva, pero necesitaba comprobarlo. Para esto decidimos con mi esposo, Arturo Balderas Torres, que es investigador, ingeniero y economista ambiental, realizar el análisis de la huella de carbono de nuestros productos con el objetivo de analizar nuestro impacto ambiental como marca. Si bien nuestra huella es baja, implementamos medidas adicionales para mitigar y neutralizar nuestras emisiones como: el uso de energía solar en nuestras oficinas, el rediseño en los empaques para disminuir el uso de plástico al mínimo, eficientar nuestros procesos y envíos, entre otras actividades. Nuestra meta: llegar a ser en un futuro una marca “Carbono Neutral”.
Esto ha sido muy interesante no solo para nosotros por todo lo que hemos aprendido y nos hemos concientizado para actuar, sino también para los talleres artesanales que profundizaron más sobre sus procesos y materias primas para realizar compromisos en conjunto.
Lo bonito de los proyectos es cuando logras fortalecerlos hasta el punto en el que pueden sobrevivir sin ti. Tributo nació de una necesidad creativa personal, de la curiosidad hacia mi cultura, de una realización personal como diseñadora, y después ese camino se empezó a compartir con muchas personas, hacia el mismo objetivo que es mantener vivas las tradiciones, que es hacer cosas de calidad en México, que los interioristas especifiquen “hecho en México”, que los museos exhiban la historia de estos proyectos. Hoy ha llegado el día en que podemos “trabajar solo con creatividad local, en todos los sentidos”. Y sé que el futuro para ser generoso, debe continuar siendo colaborativo.
Las marcas de diseño presentes en OCCIDENTE Galería son: Acacia, Balsa, Cuatro Design, Cúmulo, Dolce Utopía, Hiperobjetos, Ila Cerámica, Isabel Moncada, JAM, Maxine Álvarez, Mexa, Peca, Piedrafuego, Pilarika, PopDots, Prima Materia, RFRNC, Tributo, Sopora, The Norm. Vaivén y Volumaen. La Galería expone también obra fotográfica seleccionada de los fotógrafos: Andrés Alejos, César Béjar y Zaira González Beas.
La creación de la galería es promovida por Ana Elena Mallet, curadora especializada en diseño moderno y contemporáneo que impulsa el proyecto liderado por Laura Noriega, Fundadora de Tributo y por Jorge Muñoz, Arquitecto fundador de ForA y JAM Arquitectura. El proyecto materializa en un espacio el trabajo colaborativo del Colectivo Occidente, creado en 2013 por los arquitectos Aldo Alvareztostado y Yohanna Rodríguez.
Occidente Galería
Calle Simón Bolívar
44150 Guadalajara JAL, México
Sobre la autora Laura Noriega Landeros
Es diseñadora industrial y especialista en arquitectura de interiores con estudios en México, Chile, España, Italia y Japón. Se ha desarrollado profesionalmente en diversas áreas incluyendo la docencia, la investigación, el diseño de producto, el interiorismo, así como la facilitación de redes para implementar numerosos proyectos colaborativos.
Entre sus temas de especialización destacan las técnicas artesanales y la experimentación de materiales. Funge como directora creativa de la marca Tributo fuertemente orientada a promover el trabajo de comunidades artesanas y de talento emergente local y es Cofundadora y Directora de Occidente Galería. Su trabajo ha sido expuesto en el Museo Franz Mayer, el Museo de Arte Popular, el Salone Satellite del Salone Internazionale del Mobile en Milán y Berlín Design Week, entre muchos otros.
