Desde hace más de 15 años, Studio Roca ha trazado una trayectoria sólida y propositiva en el panorama del diseño mexicano. Con sede en la Ciudad de México, este estudio ha consolidado una propuesta estética que fusiona la elegancia contemporánea con un arraigo profundo en la cultura material y la sensibilidad artesanal del país. Para el público conocedor del diseño de interiores, Studio Roca representa una referencia obligada: no solo por su distintivo lenguaje visual -sofisticado, masculino, texturizado-, sino por su compromiso ético con la sostenibilidad y el impulso a la comunidad creativa local.

El trabajo del estudio va más allá de la creación de espacios o piezas decorativas. Es un manifiesto que aboga por una forma de habitar más consciente. Desde su arquitectura hasta el mobiliario, el estudio integra valores como la sustentabilidad ambiental, la colaboración con artesanos y la producción responsable. Sus dos tiendas insignia, en Polanco y Condesa, no son solo escaparates, sino nodos culturales donde convergen diseño, arte y comunidad.

Piezas que fluyen con el juego

En el corazón de su propuesta está la creencia en el diseño como agente transformador. Esto se traduce en piezas de mobiliario que equilibran estética y funcionalidad con una audaz exploración formal. Tal es el caso del sofá seccional Belén, una pieza envolvente y orgánica, con curvas generosas y tapicería de alto rendimiento. Su diseño fluido, sin interrupciones entre respaldo, asiento y brazos, convierte a este sofá en una pieza escultórica, ideal para interiores que buscan dinamismo sin sacrificar confort.

En contraste con la suavidad del Belén, el banco Hawkins revela el gusto de Studio Roca por la tensión entre la línea clara y la materia táctil. Este taburete, curvado y ergonómico, se presenta como una declaración de estilo en cualquier barra, combinando tela técnica con una forma refinada que sugiere movimiento contenido. Su diseño robusto, pero elegante, refleja ese espíritu utilitario que caracteriza al estudio: cada elemento tiene una función precisa sin perder carga visual.

La mesa de centro Janice es otro ejemplo del rigor material del estudio. Fundida en hormigón con acabado de transferencia de agua, emula la piedra natural y propone una lectura contemporánea de la solidez. Su base cónica y top circular de bordes redondeados otorgan una presencia contundente sin estridencia, lo que la convierte en una pieza clave para salones sobrios con personalidad.

En el ámbito de la iluminación, Studio Roca ha sabido integrar propuestas internacionales que dialogan con su lenguaje. Tal es el caso de Hubble Bubble, diseñada por Marcel Wanders, una lámpara lúdica de burbujas LED que puede colgarse en múltiples orientaciones. Esta pieza contrasta deliberadamente con el resto del catálogo del estudio, añadiendo un matiz onírico y juguetón al conjunto de ambientes marcados por la contención formal.

La línea textil también merece mención. Alfombras como Chasen o Surf Malibú exploran texturas y narrativas visuales que evocan paisajes naturales y atmósferas distendidas. Chasen, elaborada con materiales reciclados, presenta patrones lineales y contrastes de pelo que añaden riqueza táctil a espacios exteriores o interiores contemporáneos. Por otro lado, Surf Malibú, diseñada por Alejandra Gandía-Blasco, introduce una dosis de irreverencia californiana con su forma de tabla de surf y estética entre tribal y glam rock.

Más allá de los objetos, Studio Roca sobresale por su enfoque sistémico: utiliza madera con certificación FSC, elimina barnices contaminantes, diseña piezas con residuos aprovechados de corte y privilegia materiales de origen nacional. En arquitectura, sus proyectos incorporan tecnologías pasivas como captación de agua, paneles solares y vegetación nativa. Actualmente, el estudio está en proceso de obtener la certificación LEED, como reflejo de su ética ambiental.

Crédito material audiovisual: Studio Roca