Daniel Romero Valencia es diseñador industrial por el Centro de Investigaciones de Diseño Industrial de la UNAM. Presentamos un fragmento de su conferencia realizada en el marco de Expo Mueble Internacional Verano 2023.
Daniel Romero Valencia es diseñador industrial por el Centro de Investigaciones de Diseño Industrial de la UNAM. Es uno de los socios fundadores de Tuux, estudio de diseño con capacidades de producción orientado a la implementación de proyectos sustentables, coherentes y con responsabilidad social, en donde se desarrollan tanto productos de consumo como proyectos de interiorismo, arquitectura, intervenciones urbanas y exposiciones. Presentamos un fragmento de su conferencia realizada en el marco de Expo Mueble Internacional Verano 2023.
En la práctica del diseño la experimentación, la materialización y la acción para la resolución de problemas son clave ya que entendemos el diseño como un proceso que requiere una minuciosa interacción y evaluación. Resultaría muy peligroso solo basarse en un manual de escuela o en aquello que dicta el área de mercadotecnia de muchas compañías ya que ésto último querrá decir que la decisión tiene que ver con dinero y únicamente con dinero. Entonces, si medimos así el éxito del diseño, habría una gran cantidad de operaciones que se nos podrían ocurrir que serían muy exitosas, como una AK-47.
Sin embargo, existe un tema ético y moral al respecto de lo que estamos diseñando y de la responsabilidad que se tiene. Quizás antes resultaba más complicado encontrar la información porque no estaba en todos lados. Ahora la verdad es que la información está ahí. Por tanto los criterios de evaluación que nosotros establecemos en Tuux y que creemos que se deben de presentar en todos nuestros proyectos, son estos:
Creemos que tiene que ser ambientalmente regenerativo. Basta un poco del tema de hablar de sustentabilidad. No queremos sustentar el mundo como está, está cada vez peor, lo queremos regenerar. Que sea socialmente equitativo, funcionalmente innovador, políticamente activo, tecnológicamente evolutivo y económicamente distributivo.
A continuación presentaré algunos de los proyectos que hemos realizado bajo estos principios:
Centro de Diseño de Oaxaca (CDO)
Con el proyecto de El Centro de Diseño Oaxaca establecimos un diálogo entre la arquitectura y la identidad del Ex Convento de Santo Domingo de Guzmán. Se trató de un proyecto muy impresionante con un presupuesto muy acotado para desarrollar una oficina de diseño, que se alberga en Santo Domingo, que es patrimonio de la humanidad.
El espacio a intervenir se trata de unas antiguas caballerizas. La energía eléctrica llegaba a la esquina pero teníamos que cablear toda la oficina y, como no se puede tocar las paredes y poner un templete teníamos que pensar en una alternativa. Entonces decidimos tirar la casa por la ventana y hacer un conceptual muy fuerte y apoyarnos de las marcas, invitarlas y sumar diferentes esfuerzos.Y generamos un gran mueble que nace desde donde llegan todas las instalaciones y recorren todo el espacio.
Además, como es una una bóveda de cañón corrido, el tema acústico era muy complicado. Una oficina así, se llena de ruido y nadie puede trabajar. Entonces también se dividen los espacios. Son diferentes módulos que se pueden convertir de muchas formas. Montamos módulos sencillos, módulos dobles, módulos con el fondo a la mitad, módulos con el fondo atrás.
Pabellón Cultural Migrante
Me gustan mucho los proyectos comerciales, son muy creativos, pero me gustan muchísimo los proyectos que tienen un impacto social más importante como éste. El Pabellón Cultural Migrante lo comenzamos como un trabajo con una ONG en Tijuana. Ellos ya tenían un proyecto en el cual daban talleres con migrantes en la frontera. Y nos explicaron los tipos de talleres que se pueden hacer, quiénes eran estas personas y en qué condiciones estaban. Y realmente uno se da cuenta de lo tremendo que está el mundo. Y muchas veces de lo poco que puedo hacer como diseñador.
Es realmente un mundo muy desigual en el que vivimos ya que la idea detrás de este proyecto es que los talleres no tenían dónde suceder. Tenían que impartirse muy cerca de la frontera en ciertos lugares y a veces se hacían en parques, o en campos de fútbol, pero en general, no había una sede y, cuando había, los cambiaban mucho de locación. Entonces teníamos que pensar en una solución fácil de construir. Y entonces, diseñamos este pabellón, que es muy, muy simple, con triplay de pino y un plástico reciclado, que es otra colaboración con la segunda fábrica de cables más grande del país que se llama Iusa, y es un un tablero aglomerado de boletín en alta densidad y madera.
Generamos este lugar que fue muy exitoso, la primera versión fue en Tijuana. Y luego se hicieron dos versiones más, una para Guerrero y una para la frontera sur con Chiapas, que ya tenían mucho menos madera y mucho más plástico reciclado por los temas de humedad.
Los talleres realmente son un éxito. El pabellón siempre funcionó muy bien y las razones por las que funcionó bien es que no es un diseño como si llegara un OVNI que aterrizó y quiere servir para solucionar las cosas. Es un diseño muy fácil de armar, que solo tiene unas cuñas y un mazo de goma y una llave española para apretar tuercas. No necesitas ninguna capacitación de carpintero. Tampoco necesitas trabajar en altura, pero es bastante alto, lo cual lo hace fresco en los calores tremendos de Tijuana. Y ellos mismos lo arman.
Entonces, la primera forma de apropiarse de algo es cuando eres parte del proceso de construcción de ese tipo. Y después de eso, lo más interesante de todo es que ellos mismos son los que generan los talleres. No hay un capacitador que llegue de quién sabe dónde a decir cómo van a hacer las cosas y qué van a aprender.
Por ejemplo, el primer taller que se impartió fue de credencialización. No convenció al INE de dar credenciales porque se requiere de un domicilio. Pero estas personas no tienen domicilio, están parados. Y si tú no tienes identificación, no puedes conseguir trabajo y de ahí hay unas estadísticas tremendas de la incidencia en drogas cuando no se consigue empleo. Es muy, muy complicada la situación. Entonces, se inventó una credencial para que la gente pudiera identificarse.
También se impartieron muchos talleres de cocina, porque muchas de estas personas habían trabajado en diversas cocinas en Estados Unidos. Hubo un taller realmente hermoso de piñatas. Un señor sabía hacer piñatas en su pueblo y seis horas después, 40 personas sabían hacer piñatas.
Museo de las Constituciones de la UNAM
Esta fue una colaboración con la UNAM, es un museo universitario, el Museo de las Constituciones que cobró mucha fuerza e importancia como proyecto general, no como proyecto universitario. Fue complicado porque tuvo que desarrollarse en un año.
Cuando nosotros empezamos a diseñar los espacios museográficos no había un guión claro pero todo se trabajó muy de la mano con todos estos equipos de la universidad que involucraban no solo la curaduría, sino también la iluminación. Diseñamos una estructura de contrachapado, que en la parte más alta es un serpiente de paredes de doble curvatura que intervienen esta catedral que es el ex convento de San Pedro y San Pablo, está a dos cuadras del zócalo, en la Ciudad de México.
El diseño de una iglesia, está hecho para que un sacerdote se coloque en cierto punto y dé su discurso y todos le escuchen. Sin embargo, lo que se busca en un museo, una vez más, es que no sea un ruidero y que rebote el sonido por todos lados. De ahí que las partes sean altas y formen como cuevas que te cubren un poco y que controlen el sonido y te vayan llevando por toda esa serpentina donde visitas las obras.
Son como 1500 hojas de estructura de contrachapado, todas distintas, pero al final es modular. ¿A qué me refiero con que es modular? La distancia es la misma y cada uno de estos paneles es desmontable. Todos son desmontables, lo cual los hace reparables, pero también pueden recibir la museografía. O sea, se tuvo que diseñar de manera que fuera muy versátil y muy fácil de ajustar.
En este caso el maple funciona muy bien para este mobiliario pero no quería usar maple porque no era mexicano y el Museo de las Constituciones de la UNAM necesitaba una madera que fuera mexicana. Con ello, se logró desarollar el proyecto utilizando teca del estado de Nayarit, se logró hacer como esa mancuerna entre los distintos proveedores, los que desarrollan, los que pegan. Y actualmente TecnoTabla vende teca de producción nacional. Entonces, de una u otra forma, creo que estos son proyectos que influyen al buscar soluciones.
Visitamos los plantíos de vez en cuando en Tabasco de TecnoTabla, son árboles clonados, es como una matriz increíble que se hizo en una zona que tenía una gran cantidad de deforestación. Son terrenos que se han ido ganando ahora hacia este tipo de siembra.
Domestika
Tengo un par de cursos en Domestika, es una plataforma en línea líder en el tema de cursos rápidos y concretos. En uno de ellos realizo el curso de introducción al diseño de mobiliario con router CNC y se trata de hacer un banquito. Tengo alumnos de cinco continentes en nueve idiomas.
Hay casos de éxito, se venden estos banquitos en varios países que los empezaron a hacer y también hacen sus propios productos. Hay un chico que hace unas lámparas en Barcelona, me contactaron también unos fablabs, en el cual están los cursos y todos los chicos que llegan los toman de forma gratuita. Y bueno, realmente muestra el potencial que tiene la conectividad y los alcances de hacer un proyecto como este.
